“Llevo 3 años sin trabajar, he agotado el paro y las ayudas del gobierno y ahora qu me queda, aceptar un empleo por debajo de mis expectativas, que son cada vez más bajas desde que en 2012 me quedara sin trabajo, o marcharme al extranjero. Al principio, lo veía todo con positividad, pero cada día que pasa estoy más negativa, con menos ganas de salir a buscar empleo. Los empresarios aprovechan este momento para bajar sueldos o solicitar jornadas interminables, pero ya me da igual, estoy en ese punto que aceptaría cualquier cosa” Susana, economista, 31 años.
Como Susana hay muchas mujeres, con el mismo pensamiento. Y la opción más clara es emigrar. Teniendo en cuenta que en Alemania le pagarían casi el doble. El salario medio español está en torno a los 26.000€ mientras que en el país germano superan los 45.000€/año.
Nuestros bisabuelos y abuelos emigraron, ahora nos toca a nosotros, esta generación perdida que no puede independizarse, que retrasa formar una familia y que se tira casi más años estudiando de los que pasará trabajando. Y todo se relaciona con lo mismo, la falta de dinero en los hogares españoles.
Durante la burbuja inmobiliaria vivíamos en un espejismo de prosperidad que en cuanto pincho, nos encajó en una realidad desconchada y mohosa que no dejaba más que ver las penurias de miles de familias que no llegaban ya ni al día 20 de cada mes.
Es nuestro momento, el de salir a luchar por lo nuestro y si España no está en condiciones de pagar un sueldo digno los países vecinos si lo harán, haciendo cada vez más grande la brecha que forman la fuga de cerebros que deja derramar nuestro país.