Puede pasar en cualquier momento. Una está navegando en Internet y de pronto se topa con un anuncio de búsqueda, publicado por otro departamento, de su propia empresa. El cambio suena tentador. ¿Por qué no promocionarse?
Lo importante es saber que una promoción interna no se diferencia de otras. La documentación a presentar debe ser exactamente la misma. No es bueno confiarse y pensar que la información seguramente llegará a destino por otras vías. Nunca está de más preguntar, pero siempre es bueno hacer notar a través de una aplicación cuáles son las aptitudes que una tiene para aportar.
¿Es bueno informárselo al superior directo? Eso dependerá de la relación que hayas tenido con él, hasta ese momento.
Si una cree que el jefe se tomará a bien la iniciativa, siempre es mejor tenerlo al tanto. En cambio, si una sospecha que tal vez la decisión no sea de su agrado, es mejor no levantar la liebre.
Pero lo primordial a la hora de justificar una promoción para otro departamento, es no mencionar eventuales conflictos personales. En las conversaciones y entrevistas, debe primar el deseo de encarar nuevas tareas.
Dpa/Mujer21