Estás en tu puesto de trabajo y te vienen a reclamar algo que tenía que estar entregado hace una semana, juras y perjuras que ya lo enviaste. Pero cuando tu compañero se va y revisas tu correo, te das cuenta que se quedó en la bandeja de salida. ¡Nunca lo enviaste! Como esta, te encontrarás con muchas meteduras de pata, está claro que quieres enmendarlo, la mejor opción es disculparse y hacer todo lo posible para que no vuelva a ocurrir, pero ¿cómo debemos pedir disculpas?
Lo primero antes de ir a pedir perdón, has de prepararte la disculpa, saber qué es lo que vas a decir, si eres culpable renuncia a la idea de tener la razón, evita justificar tu actuación, y no te excedas en excusas. Deja el “pero” a un lado y utiliza afirmaciones en la que asumas la culpa en primera persona.
Busca el momento adecuado para hacerlo, se consciente de la importancia de tu fallo y de tu perdón. Hazlo cara a cara, eligiendo un ambiente tranquilo, asegurándote de que ambos tengáis tiempo suficiente para completar la conversación.
Y llega la hora de la disculpa, sé humilde y utiliza un lenguaje sincero y abierto, expón tu arrepentimiento y asume tu responsabilidad. Explica maneras de solventar tu error, siendo consecuente. Escucha pacientemente a la otra persona y acaba la conversación con gratitud. Los resultados no tienen por qué llegar rápidamente, se paciente y acata la reprimenda.
Está claro que un fallo lo puede tener cualquiera, pero el error en sí no tiene por qué ser lo más importante, si tu actitud es la correcta quedará olvidado y a partir de ese momento presta toda tu atención y compromiso para que no vuelva a suceder.
Mujer21
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