Aparecen sobre todo en las piernas: las venitas rojo-azuladas que asoman debajo de la superficie de la piel suelen ser vistas por los afectados como un lastre que más vale ocultar. Pero esas venas delgadas, conocidas en algunas latitudes como «arañitas«, no tienen que preocupar desde otro punto de vista. Desde la perspectiva médica suelen ser inofensivas y no requieren tratamiento. En algunos casos pueden ser un síntoma de debilidad de los vasos sanguíneos, pero lo cierto es que bastará con hacerse ver en un centro especializado para aclarar esa duda.
No está científicamente comprobado cuál es la causa de este inconveniente, si bien en muchos casos existe una fuerte predisposición genética. En concreto, lo que ocurre es que la sangre se acumula y no puede continuar fluyendo. Pero si bien las «arañitas» pueden llegar a ser una etapa inicial de várices, no necesariamente derivarán en ese fenómeno.
Su aparición puede verse fomentada por el sobrepeso, la falta de movimiento, cambios en el metabolismo o procesos hormonales que tienen lugar durante el embarazo. También son más corrientes a avanzada edad y afectan en particular a las mujeres, ya que ellas tienen tejidos conjuntivos más débiles. Sin embargo, las venitas no suelen generar ningún problema y son más que nada un inconveniente estético.
Es preciso saber que no desaparecen solas. Lo que sí puede hacerse es darles un tratamiento cosmético de modo de disimularlas u ocultarlas. En la mayoría de los casos aparecen en las pantorrillas o en los muslos, pero también hay gente que las tiene en la barriga u otras partes del cuerpo. El caso menos común es que aparezcan en el rostro.
En ese caso, los afectados podrán recurrir a productos de maquillaje especiales. Y para las piernas también existen «camuflajes» resistentes al agua. Además, si resultan realmente muy molestas siempre se puede recurrir a las terapias que ofrecen erradicarlas. Existen ofertas de terapias con láser o la escleroterapia, dos procedimientos que requieren ser aplicados en varios días y en sesiones que duran aproximadamente media hora. En la escleroterapia el especialista inyecta un líquido en las venitas, mientras que en el primer método se aplica láser para reducirlas.
De todos modos, si uno opta por alguna de estas posibilidades, debe saber que ningún método ofrece garantías de funcionar al cien por cien. No hay tratamiento que prometa que las arañitas no volverán a aparecer. Otro factor a contemplar es que, como se trata de una intervención estética, los costos no son asumidos por las coberturas médicas.
Según los especialistas consultados, tampoco existen vías preventivas probadas desde la ciencia. De todos modos, quienes presenten una tendencia a la aparición de las «arañitas» harán bien en buscar más movimiento como la natación o caminatas.
También se recomienda colocar las piernas en alto o hacer baños de agua fría. En este caso, es importante la dirección en la que se aplica el chorro de agua: debe recorrer la parte superior del pie, desplazarse hacia el talón y finalmente subir por la pantorrilla hasta la rodilla.
Dpa/Vinilo Negro
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