Al mirarse al espejo después de darte el tinte, el susto puede ser tremendo. El color que se escogió para el cabello muchas veces no es el que se ve reflejado tras el teñido, y entonces la única opción es prepararse para una decoloración.
Los productos necesarios pueden adquirirse en los comercios especializados, pero no siempre resulta sencillo volver al color inicial. Cuando el cabello está muy dañado no es fácil lograr una decoloración pareja.
En la peluquería el resultado suele ser mejor porque se aplica un método de varios pasos para retirar los pigmentos. Pero aún en esos casos se recomiendan cuidados especiales: los tratamientos de humectación siempre son buenos para después de una decoloración.
Y quien quiera ahorrarse las mil vueltas, mejor que elija tintes naturales que se van perdiendo con los lavados. Con productos como el henna, el color desaparece en sólo seis u ocho semanas.
Dpa
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