El yoga encierra para muchos la promesa de relajarse mentalmente y a la vez, entrenar el cuerpo en medio del estrés diario. Sin embargo, cuando la oferta es enorme, ¿cómo saber cuál es la mejor variante de yoga para cada uno? La oferta de escuelas de yoga es inabarcable. Lo importante, en todos los casos, es que el profesor esté atento a los movimientos corporales, corrija a cada uno de los alumnos individualmente y preste atención a que nadie mantenga malas posturas o se sobreexija. Tampoco está de más averiguar dónde estudió y con quién se formó el profesor.
Pero, ¿cuál es el mejor yoga para cada persona? Los especialistas afirman que esto depende de cada individuo. Primero, hay que contestarse si lo que se busca es relajarse o lograr una mejor movilidad y más fuerza. También es importante responderse si uno está abierto a sumergirse en la filosofía del yoga o si sólo se está interesado en sus posturas y técnicas de relajación. Aquí, un panorama:
Hatha: El hatha yoga es la madre de todos los estilos de yoga. Las posturas (asanas), como el perro o la cobra, deben realizarse tomando plena consciencia del cuerpo. Este foco y la dimensión meditativa pueden intensificarse con ejercicios respiratorios (pranayama), que se llevan a cabo con determinadas posiciones de las manos (mudras) y el canto de mantras, como el om.
Vini: El más bien suave vini-yoga adecúa los ejercicios a las necesidades y capacidades de cada persona, no al revés. Se trata de pequeñas series de posiciones que se llevan a cabo con la respiración. Por eso es adecuado para principiantes o personas limitadas físicamente, sobre todo ancianos.
Iyengar: Este tipo de yoga podría definirse como «meditación en acción«. Trabaja mucho con posturas estáticas de pie, estiramientos y torsiones. Bloques, cintos y cojines ayudan a mantener las posiciones y sentirlas, lo que ayuda a la concentración y a la resistencia. Quien quiere liberar energía o es muy impaciente debería inclinarse por estilos más dinámicos.
Ashtanga: El plan de ejercicios es fijo y la movilidad, la fuerza y la energía van aumentando con la práctica continua. Sin embargo, este método, al igual que el power-yoga, en el que música occidental da el compás, no es el más adecuado parta personas con enfermedades musculares, circulatorias o cardíacas.
Aerial: Una variante bastante espectacular y exótica, llamada también anti-gravity. Este método, cuyo eje es el tema de soltar y ganar confianza, promueve la fuerza y la movilidad adoptando posiciones de yoga en una tela que cuelga del techo.
Bikram: Sudar durante las 26 posiciones de yoga a entre 36 y 40 grados de temperatura ambiente puede ayudar a las personas jóvenes y sanas a reemplazar los entrenamientos de fitness más clásicos. Sin embargo, el bikram-yoga no es recomendable para personas debilitadas o mayores debido a la alta pérdida de líquido y con ello de electrolitos que provoca.