Los tomates son rojos porque contienen licopeno, un caróteno que también les da ese color a las papayas y a las sandías. Pero, además de resultar apetitoso a la vista, es sano. Por eso es importante tener en cuenta que, al preparar algo con tomates, es mejor no quitarles la piel.
El licopeno funciona como antioxidante, protegiendo las células del cuerpo, y reduce el colesterol «malo», el LDL. Además, es resistente a las altas temperaturas, con lo cual si se prepara una buena salsa o una sopa de tomates seguirá siendo sano.
Los tomates están compuestos en un 90 por ciento de líquido, y eso los hace muy bajos en calorías, pero eso no significa que le aporten poco al organismo: contienen potasio, vitamina C y fibras.
Se recomienda conservarlos a temperatura ambiente, ya que en la heladera pierden su aroma.
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