¿Quién no querría tener un aspecto juvenil a los 40, 50 y 60? La piel es uno de los principales reflejos del paso del tiempo, pero hoy en día existen múltiples métodos y productos para contrarrestar los surcos que deja la edad. Los cuidados de la piel son vitales, porque la superficie de nuestro cuerpo lo dice todo: en ella se ve si estamos tristes, preocupados o pasando por un buen momento.
La humectación es uno de los mejores métodos para paliar el envejecimiento. Es la encargada de amortiguar los efectos desde el interior, haciendo desaparecer pequeñas arrugas y dándole a la tez un aspecto más terso y parejo.
Con el correr de los años los tejidos pierden la capacidad de almacenar humedad, y allí es cuando se vuelve importante la humectación profunda. Uno de los posibles tratamientos activa las microreservas inyectando ácido hialurónico estabilizado, una sustancia que tiene la consistencia de un gel y absorbe agua hidratando la piel hasta en las capas más profundas.
Ese ácido tiene como añadido positivo que no se le conocen efectos alérgicos. Además, la cosmética ha avanzado tanto que los ácidos que se obtienen de microorganismos como el trigo también pueden ser absorbidos a nivel epidérmico, a través de cremas y sueros.
Otro elemento sustancial de la piel joven es el colágeno, una proteína que compone aproximadamente el 60 por ciento del tejido conjuntivo y es la responsable de darle elasticidad. Con el tiempo, la producción de colágeno va menguando, y la cosmética propone contrarrestar ese efecto por dos vías: una, aplicando cremas que estimulen la producción. Como ejemplo podrían mencionarse los péptidos, que simulan una herida en las células productoras de colágeno y de ese modo activan sus mecanismos de reparación.
La otra posibilidad es un método mínimamente invasivo conocido como «medical-needling«. Este método consiste en activar los mecanismos de autorregulación de la piel de un modo natural de modo de promover la producción de colágeno y elastina.
El método se basa en los mecanismos de formación de cicatrices. Si bien las cicatrices están hechas de colágeno, el tejido suele formarse de un modo irregular. Esto no sucede cuando se produce una microherida. En ese caso, al ser la herida tan pequeña no se llega a formar una cicatriz pero sí se estimula la producción de colágeno, que se distribuye de un modo parejo.
Lo importante a la hora de recurrir a este método es la higiene, ya que hay que evitar que se produzcan infecciones porque, al fin y al cabo, aunque sea microscópica, se trata de una herida. De todos modos, se considera que el riesgo es muy bajo.
Y paralelamente a las aplicaciones cosméticas existe otro terreno en el antiaging cuyo peso es cada vez más reconocido: es esencial tener una alimentación sana, cumplir con suficientes horas de sueño y prescindir del consumo de nicotina. Esos tres pilares son cruciales para evitar el envejecimiento prematuro.
Andrea Abrell (dpa)