La depilación láser es la única tecnología capaz de alcanzar resultados visibles desde la primera sesión. Con este tratamiento de depilación se destruye la raíz del pelo a través de luz, que debe ser absorbida por el cromóforo del pelo, la melanina. No obstante, no tiene por qué ser definitiva ya que el pelo depende de factores hormonales.
La piel mejora ya que se eliminan las agresiones que provocan otros métodos de depilación tradicionales. Manteniendo la piel en perfecto estado sin vello, sin pelos enquistados ni problemas de foliculitis o abscesos. En cada sesión se elimina sólo los pelos en fase de crecimiento, el pelo que no tiene tallo no puede conducir el láser hasta el folículo, por ello hay que repetir las sesiones. Si bien es cierto que elimina gran parte del vello, no lo hace en su totalidad, las canas o pelos blancos no desaparecen porque el láser no es capaz de detectarlos.
Los equipos adecuados para depilación son los que poseen una longitud de onda que se encuentra entre los 700 y los 1.200 Nanómetro, éste es el rango donde existe una mayor absorción de melanina y donde se produce una menor interferencia con otros pigmentos como la hemoglobina. Los más utilizados o conocidos son: Láser de Rubi (695 nm); Láser de Alejandrita (755 nm.); Láser de Diodo (800 nm.); Láser de Neodimio-Yag (1064 nm).
El láser Rubi fue uno de los pioneros, pero su uso era únicamente para pieles claras y vellos oscuros y con una longitud de onda no muy eficiente. Actualmente ya no se comercializa y ha sido sustituido por otros tratamientos láser más eficaces y con mayor longitud de onda, pudiendo penetrar a más profundidad y adaptándose a más tipos de pieles.
El láser Alejandrita lleva varios años como tratamiento estable de depilación, su longitud de onda es más afín a la de la melanina. Esto tiene un inconveniente este láser es más susceptible de quemar una piel pigmentada, siendo los fototipos más bajos (pieles más claras) los idóneos para este tratamiento, convirtiéndose en un tratamiento algo doloroso para las pieles más oscuras de fototipos medios y altos.
Después apareció el láser Diodo es menos doloroso y adaptable a pieles más oscuras. Soprano y Lightsheer son dos tipos de laser Diodo y en la actualidad el más utilizado es el Soprano, que permite trabajar a potencias más bajas haciendo menos dolorosa la depilacion, pero elevando el número de sesiones por su baja intensidad. El láser Lightsheer es ideal para las pieles más bronceadas, gracias a que su pulso es progresivo y no continuado de forma que el riesgo de quemaduras es menor, su inconveniente: el precio, más caro que los otros tratamientos.
Por último, el láser Nd-Yag es más específico, utilizado para tratar varices y arañas vasculares ya que actúa sobre la hemoglobina y no sobre la melanina. En algunos centros estéticos aprovechan y lo usan para tratamientos de depilación pero su efectividad es mucho menor en comparación a los tratamientos comentados anteriormente, centrándose casi de manera exclusiva en vellos excesivamente duros y profundos.
La depilación debe ser realizada siempre en centros especializados y bajo supervisión médica y será él el que decida qué tipo de laser es más acorde con nuestra piel (más o menos pigmentada y con una dermis más o menos gruesa), vello (calibre, profundidad y cantidad de pigmento) y zona a tratar. También él dispondrá el número de sesiones. Los más importante en estos casos es ponerse en buenas manos y dejarse asesorar.