Pocos lo saben, pero las manzanas también pueden generar alergias. La lengua y los labios cosquillean, la garganta pica o las mucosas se hinchan. Para muchas personas eso implica lisa y llanamente que se acabaron las manzanas. Pero existen modos de prepararlas para que no generen semejante reacción.
La alergia a las manzanas suele darse a raíz de lo que se conoce como reactividad cruzada. Cuando los alérgenos de algunos pólenes o alimentos se parecen mucho, el sistema inmunológico no los puede diferenciar, y entonces quien tiene una intolerancia hacia el polen de abedul, por ejemplo, también suele presentar una alergia a las nueces, las peras, los albaricoques, las ciruelas, las cerezas y… las manzanas.
Pero el calor destruye los componentes que disparan la alergia, por eso muchos pueden comer sin problemas una tarta o una compota de manzana. Ese es el secreto: aplicar calor. Se puede probar colocando la manzana en el microondas a 600 vatios durante un minuto.
Y también se puede servir pelarla, ya que los alérgenos, suelen estar en o debajo de la cáscara.
Dpa
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