Todos quieren dientes sanos y blancos y una sonrisa luminosa. Sin embargo, los dientes no son el único factor a tener en cuenta: también están las encías.
Si durante varios días, tras lavarse los dientes, escupe una espuma rosácea, debería consultar con un dentista. El sangrado de las encías suele ser resultado de una inflamación. Si no se hace nada por combatirla, las bacterias pueden llegar al hueso de la mandíbula, causando una periodontitis.
¿Cómo reconocer una inflamación de las encías?
Son señales de alarma el sangrado al comer o lavarse los dientes o la aparición de zonas rojas o hinchazón en las encías. Si la inflamación -llamada también gingivitis- evolucionó hasta una periodontitis, es probable que haya mal aliento y una retracción de las encías. Lo más complicado es, además, que las inflamaciones de las encías no duelen, lo que suele demorar la visita al odontólogo.
¿Cómo se producen la gingivitis y la periodontitis?
En la boca viven más de 6.000 tipos de bacterias. Sólo unas pocas de ellas pueden generar inflamaciones y en consecuencia periodontitis si no se eliminan regularmente el sarro y las bacterias que hay en él. No lavarse los dientes durante algunos días también es suficiente para provocar una inflamación. Si no se lavan los dientes, las bacterias migran hacia las encías y generan una reacción defensiva, es decir, la inflamación. Si ésta no es tratada, puede llegar hasta el hueso. Lo que hace la periodontitis, en definitiva, es atacar el sostén del diente.
¿Quiénes están más en riesgo?
En principio quienes no limpian bien ni regularmente sus dientes. Además, hay ciertos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de generar una periodontitis, como un sistema inmunológico débil, fumar, el estrés, una predisposición genética y enfermedades como la diabetes.
¿Cómo se hace un diagnóstico?
Para detectarla, es bueno que el odontólogo realice una detección temprana o examen periodontal. Para ello, se examinan con una sonda entre cuatro y seis puntos de determinados dientes.
¿Qué se puede hacer contra la periodontitis?
Las encías y huesos retraídos son difíciles de recuperar, aunque es posible reconstruir el hueso mediante cirugías. El principal objetivo del tratamiento es, de todas formas, detener el avance de la periodontitis.
¿Cómo se la puede evitar?
Es fundamental lavarse los dientes, tanto su superficie de masticado como el lado exterior e interior. También es importante limpiar bien los espacios entre los dientes, ya sea con hilo dental o con palillos o escobillas especiales.
Dpa/Mujer21
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