Las mandarinas, un clásico de todas las estaciones y especialmente del invierno, son exquisitas y además aportan varios nutrientes sumamente importantes para el cuerpo.
El principal y tal vez el más conocido es la vitamina C. Una mandarina contiene aproximadamente el 43 por ciento de lo que requiere un cuerpo adulto por día. Es fundamental consumir ese tipo de vitamina en los meses del año en los que más se quiere evitar el resfrío.
Pero las mandarinas aportan además selenio. Es más, es el cítrico que mayor proporción de selenio ofrece, por eso actúa de un modo antioxidante, protege las células del cuerpo y depura la sangre. Y, como si fuera poco, las mandarinas tienen un buen efecto sobre la glándula tiroides.
Dpa/Mujer21