Grandes historias del cine como Romeo y Julieta (1996), Titanic (1997) o Un paseo para recordar (2002), nos han enseñado que los amores imposibles pueden funcionar, sean como sean y vengan de donde vengan. Descubre por qué ocurre esto de que los polos opuestos se atraen y terminamos siempre enamoradas de un chico que no tiene nada que ver con nosotras.
No nos gustan las cosas fáciles. Es así, los retos nos encantan y conseguirlos nos fascinan. Por ello, el conocer a una persona tan diferente a nosotras nos apasiona por el hecho de descubrir algo que desconocíamos. ¿Eres una amante del pop? Pues quizás te fijas en algún integrante de un grupo de heavy metal. Si eres vegetariana, tu chico no sabrá vivir sin carne. Y así hasta un sin fin de gustos contrarios.
Una relación no es restar, es sumar y complementar. Estar con una persona diferente a ti hará que te vuelvas más tolerante con tus creencias y conocimientos arraigados. Te ayudará a desarrollar tu empatía y al fin y al cabo te hará mejor persona. Porque no hay nada más aburrido que todo el mundo sea igual. Lo bonito de todo esto es que aprenderás cosas de la vida de lo más interesantes.
Satisfará nuestros deseos. Que nos lleven la contraria en algo puede que nos saque de nuestras casillas, en un primer momento, pero al final terminaremos dejándonos llevar por la pasión. Una chispa de la relación que conseguirá mantenerse por mucho tiempo, porque al fin y al cabo, y aunque lo sabéis todo del otro, siempre terminaréis saltando por algo.
El secreto que hay detrás de que funcione una relación de este tipo es la confianza, el respeto y hablar siempre todo lo que os molesta para que logréis equilibrar la balanza y sólo seáis capaces de sacar cosas positivas de vuestra historia de amor utópica. Y, por supuesto, no intentéis cambiar nada de la otra persona, pues estarías convirtiéndola en una cosa que no es, haciéndole perder su verdadera esencia.
Mujer 21
Debe estar conectado para enviar un comentario.