¿Por qué los niños no deberían usar dispositivos electrónicos?

Se ha convertido en algo habitual que veamos a los pequeños de la casa jugando con una tablet, utilizando el smartphone de sus padres o teniendo uno propio. El que tu hijo sepa manejar estos gadgets no le va a hacer más listo ni más inteligente, sino todo lo contrario según varios estudios de la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría. Descubre las razones de por qué los niños no deberían usar dispositivos electrónicos, sobre todo antes de los 12 años.

Obstáculo para su desarrollo

La utilización de estos aparatos afecta directamente al cerebro creando ciertos déficit de ejecución como problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad o falta de atención. Esto influye directamente en su educación ya que en los primeros años de colegio tendrá un rendimiento mucho menor convirtiéndose en un obstáculo para su desarrollo.

Crea adicciones

Al igual que pasa con la gente adulta, ocurre con los niños, y más en ellos ya que no tienen capacidad de autocontrol. Por ello, es necesario que establezcas ciertas normas a la hora de utilizarlos. Los bebés de 0 a 2 años no deberían tener contacto con ella, de 3 a 5 como máximo una hora al día y de 6 a 18 años 2 horas por día.

Incentivo para la obesidad

Al igual que ocurre con la televisión y los videojuegos, está demostrado que las personas que abusan de la tecnología son más propicios a padecerla debido a que la prefieren antes que salir a jugar con sus amigos o practicar deporte. Por ello, es muy interesante que sepamos suministrar bien el tiempo de exposición a ellas y establezcamos cierto control para incentivar los hábitos saludables.

Transtorno del sueño

Es necesario que no tengan acceso a estos dispositivos en su cuarto debido, principalmente, a que querrán utilizarlos sea la hora que sea. Guárdalos en un lugar seguro y déjaselos, siempre y cuando, haya terminado sus tareas y sea el momento adecuado.

Emisión de radiación y cáncer

Según James McNamee, de Health Canada, «Los niños son más sensibles a una variedad de agentes que los adultos y a que sus cerebros y sistemas inmunes todavía se están desarrollando, por lo que no se puede decir que el riesgo sería igual para un adulto que para un niño». Esto unido a la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que los teléfonos celulares, y con ello otros dispositivos inalámbricos, son riesgo de categoría 2B de posible carcinógeno debido a sus radiaciones, aumentan los motivos para que los alejemos de su rutina.

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