Si un bebé de entre cuatro y seis semanas no se asusta al cerrarse una puerta de golpe puede ser una señal de que tiene una baja percepción auditiva.
Entre los tres y cuatro meses deberían sobresaltarse y mirar hacia el sitio en el que se produjo el sonido.
Otra señal a tener en cuenta para saber si su sentido auditivo está teniendo un buen funcionamiento es que balbucee unas dos sílabas cuando ha cumplido los seis o siete meses. Si no se producen estas reacciones y primeros pasos, es bueno que los padres hablen con un médico para evitar que algún inconveniente pase a mayores.
No hay qué temer. Los inconvenientes perceptivos pueden remitirse a enfermedades como la escarlata o las paperas, pero también puede ser una otitis o una suciedad propia del oído.
Dpa
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