Hay momentos en la vida en los que nos mostramos apáticas y llegamos a plantearnos de si verdaderamente nos hemos vuelto asexuales. Te mostramos los principales motivos que pueden estar detrás de la pérdida del deseo sexual y cómo puedes solventarlos.
Estrés
Es una de las principales causas. Llevar una rutina de lo más ajetreada en la que no tenemos tiempo casi ni para tomarnos un respiro hace que no nos planteemos mantener relaciones sexuales. Nuestro cuerpo necesita descanso para que pueda despertar nuestro lado más salvaje. Lo mismo ocurre si has discutido con tu pareja. Dicen que las reconciliaciones son las mejores, al menos eso pasa en las películas, pero no siempre resulta fácil olvidarte de lo que te ha hecho enfadarte.
Medicación
Es ya conocida por muchas que la píldora anticonceptiva es propicia a disminuir el libido. Al igual que ocurre con esto, los antidepresivos o los antihistamínicos. Éstos últimos suelen recetarlos para resfriados y alergias con el fin de secar la mucosa de la nariz, por lo que termina afectando también a la secreción vaginal.
Alcohol
Puede que hayas notado todo lo contrario cuando te has tomado alguna que otra copa, sobre todo porque te vuelves mucho más inhibida. Aun así, hay que tener muy claro que hay una delgada línea entre estar en este punto a beber algo más y pasar al siguiente en el que se anulan casi por completo los estímulos de respuesta.
Gimnasio
Hacer ejercicio siempre es bueno para la salud, nos ayuda a sentirnos mejor e incrementamos nuestras capacidades respiratorias aunque hay ciertas máquinas que pueden llevar a la pérdida del apetito sexual como puede ser una intensa clase de spinning. Una mala postura puede causar que nuestra vagina sufra demasiada presión quitándonos las ganas de intimar después con nuestra pareja.
Mujer 21
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