Estados Unidos se ha convertido en el primer país que aprueba la venta de una píldora que aumenta el deseo sexual de la mujer, la viagra femenina. Sin embargo, este logro, no ha llegado exento de polémica.
Estas «píldoras rosas», que fueron aprobadas por los expertos en el pasado mes de junio, tienen su origen en los antidepresivos y requieren un tratamiento continuado, incluso de meses. Tiene además numerosas contraindicaciones, sobre todo en lo que se refiere a mezclarlo con sustancias alcohólicas.
Las píldoras, que estarán a la venta el próximo 17 de octubre bajo el nombre comercial de Addyi, en las farmacias estadounidenses, no tienen todavía ninguna fecha de comercialización fuera del país de las barras y estrellas. Y no se podrán adquirir sin receta médica.
De hecho el viagra femenino, modifica tres sustancias del cerebro, aumenta la dopamina y la norepinefrina y disminuye la serotonina, lo que hace incrementar la líbido en las mujeres y su deseo sexual. Por esas razones, los médicos recomiendan que antes se comprendan bien los riesgos asociados al producto, que podrían incluso ser superiores a los beneficios.
El medicamento, que iba a comercializar Sprout Pharmaceuticals, está pensado para ser administrado diariamente a mujeres premenopáusicas que sufran un desorden de anorexia sexual, es decir, la pérdida repentina de cualquier deseo de tener relaciones o actividades sexuales. Es el primero diseñado exclusivamente para tratar el deseo sexual de las mujeres.
Sin embargo, esta aprobación llega a la tercera, ya que la FDA, La Agencia del Medicamento en Estados Unidos, la rechazó en 2010 y 2013. Ya que había serias dudas sobre su seguridad. Y algunos sostienen que la FDA ha cedido ante la presión de las farmcéuticas para que fuera aprobado.
Aunque no está diseñada más que para el 10% de las mujeres, es decir aquellas que han sido diagnosticadas con TDSH (Trastorno de deseo sexual hiperactivo), y según estudios, el 90% no tiene ese trastorno, la aprobación se fue retrasando debido además del alcohol, a efectos secundarios como desmayos y disminución de la presión arterial, entre otros.
Precisamente el movimiento que ha hecho Valeant Pharmaceuticals, con sede en Quebec, comprando hoy mismo Sprout Phareceuticals, da de alguna manera la razón a quienes dicen que las presiones de las farmacéuticas han hecho cambiar de opinión a la FDA. La venta por casi 1.000 millones de euros, da a Valeant, una compañía que este año facturará más de 11.000 millones de euros, un puesto privilegiado al ser la única que tiene la autorización para comercializar, las ya famosoas píldoras rosas.
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