Para muchos es imposible imaginar una celebración de fin de año sin grandes brindis y bailes, pero para otros, que tienen niños pequeños, las grandes fiestas parecen haber quedado atrás. Las familias «jóvenes» suelen decidir pasar esa fecha tan especial en el círculo más íntimo y adaptarse a las necesidades de sus hijos. Sin embargo, la celebración con los amigos y familiares más cercanos no tiene por qué ser aburrida.
Desde ya, si los niños aún están en el periodo de lactancia, el margen que tienen los adultos a la hora de hacer planes es menor. Es más, los padres hacen bien en preguntarse si es necesario que los más pequeños, cuando tienen menos de tres años, deban permanecer despiertos hasta las doce de la noche. En esos casos, los bebés pueden dormir muy bien en un carrito que esté un poco apartado y los niños podrán descansar en algún cuarto contiguo.
Otro de los factores a tener en cuenta es el radio en el que puede moverse una familia, ya que hay niños que pueden dormir en cualquier parte y otros a los que les resulta muy difícil conciliar el sueño en lugares desconocidos.
Tal vez quienes tengan hijos que necesiten estar en su habitación lo pasarán mejor si celebran en casa. Incluso muchos niños que tienen más de tres años no logran estar tranquilos hasta horas tan tardías. En esos casos, será mejor que los amigos de sus padres vengan de visita.
Lo ideal es que los niños tengan sus juguetes favoritos o alguna película. También hay juegos de preguntas y respuestas en los que pueden participar tanto adultos como pequeños.
La comida es otro punto central. Los padres suelen tener muy presente qué les gusta y qué no les gusta comer a sus hijos. Hay algunos menúes que serán más fáciles de adaptar a todos los gustos y hasta puede ser divertido prepararlos entre grandes y pequeños.
La pizza por ejemplo es una muy buena opción, ya que se pueden colocar distintos ingredientes en la mesa para que todos participen añadiendo condimentos y elementos que harán la comida más sabrosa e interesante para todos.
A los niños algo más mayores les encanta que haya un bufet con distintas posibilidades que ellos puedan ir eligiendo a su propio antojo. En cambio será mejor no optar por menúes algo más complicados, como la fondue, donde los más pequeños requerirán constantemente de ayuda.
El momento culminante se produce a medianoche, y muchos niños quieren estar despiertos para ver los fuegos artificiales. Pero también hay pequeños que tienen miedo de salir a la calle o al patio porque se asustan por los ruidos.
En líneas generales, es bueno tomarse en serio los temores de los niños. Y, por el otro lado, si los pequeños muestran mucho interés, es bueno que salgan y estén presentes, pero es necesario que lo hagan en compañía de sus padres para aprender a sopesar los peligros.
Lo mismo se recomienda para las cañitas, bengalas y juegos de luces que puede encender cada uno. Es importante que los padres les enseñen cómo manejarlos y estén presentes para evitar inconvenientes. No hay que olvidar que muchos de esos objetos adoptan rápidamente elevadas temperaturas.
Para tranquilidad de los mayores, muchos de esos productos indican en el envase para qué edades son aptos.
Dpa/Mujer21
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