Cultivar el diálogo y las conversaciones abiertas y francas con sus hijos, le permitirá tratar temas espinosos a medida que ellos vayan creciendo. Las drogas, por ejemplo, no son un tema menor.
Para poder hablar de estos asuntos tan delicados, es importante que los menores sepan que sus padres se tomarán el tiempo para conversar con ellos y que estarán dispuestos a escucharlos y a atender en cierta medida sus opiniones. Ellos deben sentir que sus padres no recurrirán de inmediato a prohibiciones y sentencias contundentes sin intentar entender lo que piensan los demás.
De ese modo, al hablar por ejemplo del consumo de drogas, los menores sentirán que sus padres pueden escucharlos. Sentirán confianza y verán que existe una base para el diálogo. De ese modo será más fácil hacerles entender lo perjudiciales que pueden ser.
Dpa/Mujer21