Renovar el baño, cambiar la cocina por una más moderna, o simplemente pintar: invertir en la casa ayuda a revalorizar la propiedad. A diferencia de cómo es en las casas, donde se cuenta con mayor libertad, en las propiedades horizontales hay a veces algunas restricciones para realizar reformas, para las cuales hay que ponerse de acuerdo con la comunidad.
Esto rige sobre todo cuando se quieren hacer modificaciones en las paredes exteriores, como la construcción de un balcón o una terraza o una renovación de la fachada. Incluso se suele necesitar la aprobación de la comunidad para cuestiones menores, como colocar un toldo en la fachada, o cambiar los vidrios de las ventanas que dan al frente. También se debe pedir permiso para derribar una pared, con el fin de modificar la distribución de ambientes, ya que podría afectar la estructura de todo el edificio.
Más allá de esto, los dueños tienen bastante margen para llevar a cabo modernizaciones, entre las cuatro paredes de su propiedad. Cuestiones como renovar el baño, pulir o plastificar un piso de madera, o cambiar los marcos de las puertas y las puertas suelen poder emprenderse sin problemas. También se pueden renovar los muebles de cocina. Todas estas cosas contribuyen, en general, a aumentar el valor de la propiedad. Si está pensando en alquilarla, conviene elegir diseños algo más estándar para no limitar la cantidad de posibles inquilinos.
No siempre son necesarias grandes inversiones. Muchas veces bastan cambios más bien «cosméticos» como grifería nueva o renovar la pintura y las alfombras para revalorizar y volver más atractivo el inmueble. Algunas obras mayores pueden demandar bastante más dinero, por lo que es importante analizar con detenimiento si la inversión será redituable.
Las renovaciones bien planificadas no dejan de ser, además, una forma de inversión. Si a la larga logrará aumentar el valor de alquiler de la propiedad, la inversión habrá rendido sus frutos. Los inquilinos suelen valorar una propiedad bien equipada.
Por otra parte, las grandes renovaciones sólo valen la pena si, en el estado en que está el inmueble, es difícil venderlo o alquilarlo. Pero esto, claro está, debe analizarse bien antes de emprender la faena.
Otro factor a tener en cuenta, para saber si vale la pena realizar una gran modernización, es la situación en el mercado de alquileres y en el barrio en que se encuentra la propiedad. Si va a poner la propiedad en alquiler, no vale la pena hacer inversiones de lujo como, por ejemplo, poner grifos bañados en oro en el baño, ya que esta inversión no se recupera aumentando el alquiler. Ahora, si la propiedad se encuentra en una de las zonas más caras y exclusivas de la ciudad, quizá sí sea posible recuperar el dinero invertido en detalles de lujo.
Dpa/Mujer21
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