Cambiar los muebles, pintar, hacer una pequeña reforma puede llevarte un buen pellizco de tu presupuesto, pero para darle un cambio de aires a tu casa no necesitas invertir grandes cantidades. Hoy os mostramos algunas opciones muy económicas y prácticas.
Restaurar:
Si te gustan tus muebles y estás contenta con ellos, no tienes por qué tirarlos, prueba con un lavado de cara, aprovecha lo que ya tienes y arréglalo. Límpialos, repara los desperfectos producidos por el uso, como grietas o arañazos. Si quieres puedes barnizarlos o darles cera para que recuperen el brillo de cuando los compraste.
Pintar:
La pintura no vale solo para las paredes, si cambias el color de un mueble parecerá otro, combina distintos todos o colores diferentes dependiendo del enfoque que le quieras dar.
Empapelar:
Si no quieres pintar, porque te parece un engorro, experimenta con el papel pintado o adhesivo. Es válido tanto para paredes como para los muebles.
Iluminar:
Poner lámparas nuevas, redirigir la iluminación, cambiar los apliques, no incurrirás en un gasto excesivo y lo puedes hacer tu misma.
Tapizar:
Tus sillas del salón te fascinan, pero la tela ya está sucia y no son lavables, tapízalo, puedes hacerlo tú misma o encargárselo a un tapicero, te saldrá más barato que comprarte unas nuevas y además podrás elegir la tela. El sofá sin embargo, no tienes por qué tapizarlo, compra una funda ajustable y te hará el arreglo.
Decorar:
Comprar un par de cuadros, cortinas, cojines, alfombras… Cuatro detallitos bien puestos pueden cambiar por completo una estancia, añade unos vinilos, cambia los tiradores de las puertas, compra un par de plantas, casi cualquier elemento decorativo es bienvenido.
Mujer21
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