Casi todos conocen la sensación, desde niños, de hincar los dientes en pleno verano en un buen trozo de sandía, escupiendo sus semillas negras mientras su jugo se escurre por las manos. No hay nada más refrescante. Los melones, al igual que la sandía, también llamada melón de agua, se prestan además para todo tipo de recetas. Incluso se los puede preparar a la parrilla.
Una de la combinaciones más populares es la de sandía, queso feta y hierbas. En vez de queso feta se puede también usar burrata, una especie de mozarella. Hay que partir la sandía a la mitad, cortar rodajas enteras y quitarles la cáscara. Se coloca una rodaja sobre el plato, el queso encima y arriba de todo algo de rúcula. También se pueden esparcir por encima algunos croutons.
Las sandías también sirven para preparar deliciosos batidos. Para ello hay que hacer un puré con la sandía, añadirle miel, jugo de lima, menta y mucho hielo picado. El puré de sandía también se puede congelar en una cubetera y añadirlo en forma de pequeños cubos de hielo a distintos tragos para darles un toque especial.
Otra opción es preparar melón cantalupo y sandía con menta, violetas y lavanda. También se puede optar por una infusión con tomillo y mezclarla con una solución de azúcar disuelto en agua tibia. Esta mezcla se añade al puré de melón. Para servir, siempre es bueno rallar algo de chocolate con un 90 por ciento de cacao sobre el trago.
El laurel también combina con el melón. Para ello hay que preparar una leche de laurel. Ésta se elabora pasando un palo de amasar sobre hojas de laurel frescas para soltar todo el aroma. Estas hojas se maceran durante una hora en leche caliente, a 60 grados. Una vez colada, la leche se calienta de nuevo ligeramente y se la espuma con un batidor. La leche tibia de laurel y el smoothie frío de melón se combinan perfectamente.
Para algunos cocineros, la clave está en maridar el dulzor del melón con el aroma fuerte de hongos y mariscos. Una opción es preparar una deliciosa ensalada con rebozuelos. Para ello, hay que asar primero los hongos con un poco de aceite. La sartén tiene que estar bien caliente para que los hongos no pierdan demasiado líquido. Luego, hay que mezclar los hongos con trozos pequeños de melón cantalupo. El aliño se prepara con vinagre balsámico, azúcar moreno, estragón y un poco de pimienta.
La sopa de melón congelada es un clásico de verano y va muy bien con pescados y frutos de mar, sobre todo con filetes de arenque. Se la puede servir con unas hojas de apio. También combina perfectamente con camarones asados con algo de curry.
Otro clásico veraniego es el melón a la parrilla. Para ello hay que cortar un melón verde con cáscara en rodajas y sacarle las semillas. Las rodajas se rocían con algo de jugo de limón y se las asa algunos minutos de cada lado.
Alexandra Bülow (dpa)