Los amantes de la jardinería hogareña tienen que tener mucho cuidado con una cosa: si cultivaron calabazas en su jardín con semillas obtenidas por ellos mismos y éstas tienen un gusto amargo, lo mejor es no comerlas. Al igual que en el caso de los zucchini o de los calabacines, estas verduras pueden contener sustancias amargas venenosas.
Los expertos aseguran que este tipo de sustancias se desarrollan muy ocasionalmente. El problema es que no las destruye ni siquiera la cocción.
Para no correr riesgos, lo mejor es comprar siempre las semillas, ya que a éstas se les quitan las sustancias dañinas llamadas Cucurbitacine durante el cultivo.
Así y todo, incluso en estos casos, esporádicamente, puede presentarse esta misma sustancia. Por eso siempre se aconseja probar las preparaciones de calabaza antes de comerlas.
Dpa
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