Es un poco la «diva» entre los colores: el amarillo llama la atención y denota personalidad. Ahora en verano se impone y marca tendencia. Y no es para sorprenderse: el amarillo puro es alegre y levanta; el que se acerca más al dorado da brillo e irradia un aspecto cálido, y el amarillo limón, que tiene una tonalidad verdosa, da una apariencia especialmente fresca.
La clave con los colores es saber combinarlos. Si se lo usa bien, el amarillo puede lograr efectos espectaculares. «Es un clásico para poner acentos», dice la asesora de modas Katharina Starlay. «Eso quiere decir que hay que dosificarlo y vestirlo con inteligencia. En ese caso, incluso suma en looks más clásicos».
Una combinación frecuente es amarillo y negro. «Sin embargo, queda más suave y más moderno combinarlo con blanco o gris claro», dice Starlay. Quien quiere un look más extravagante debe intentar conjugarlo con un suave color piel.
Muchas mujeres se preguntan si el amarillo va con su tono de piel y de cabello. La respuesta, en principio, es sí: el amarillo les queda bien a todas las mujeres, ya sean rubias, morenas o pelirrojas. Lo importante es no elegir un amarillo que empalidezca o le dé a la piel un tono verdoso.
Todo depende siempre de la combinación de color de cabello, piel y ojos. A las rubias de piel clara y sin muchas pecas y ojos entre azules y grises les queda mejor el amarillo limón. A las morenas, con ojos marrones o verdes, les sienta bien un amarillo tipo yema, con una ligera tonalidad naranja. En el caso de las pelirrojas, un amarillo anaranjado puede ser demasiado.
Los expertos creen que el amarillo limón, en general, no le sienta mal a nadie. Le da frescura a la piel, más allá de su tonalidad. También son una apuesta segura los pantalones o faldas amarillos.
En el caso del amarillo, la tela también es muy importante. Debe ser de buena calidad, si no, el look puede parecer poco elegante.
También se puede estar a la moda incorporando el amarillo en forma de accesorios. Éstos quedan bien con los jeans gastados, los tonos beige y oliva. Los bolsos y sandalias en amarillo son un complemento ideal en verano. En estos casos, también es importante la calidad: lo mejor es que el bolso sea de buen cuero. También quedan bien las gafas de sol de marco amarillo.
Las más jóvenes pueden optar además por llevar pañuelos amarillos anudados a la cabeza. O en el maquillaje: la laca de uñas amarilla queda genial en pies y manos cuando la piel está bronceada. Y quien quiere lucir un look algo más extravagante, también puede apelar a la sombra de ojos de ese color.
Andrea Abrell (dpa)