Melancólicos, oscuros y poco inspiradores. Así suelen ser los días y vestuarios de lluvia. Antiguamente las prendas de lluvia no tenían ningún glamour, porque su principal objetivo radicaba en proteger el cuerpo, pero hoy en día bien se puede apostar por una moda que contrarreste el gris del cielo.
Un buen ejemplo son las botas de goma. ¿Por qué no buscar colores vivos como el rojo, cuadriculados o animal-print? Quienes no se atrevan a tanto también podrán optar por colores pastel que se encuentran cada vez más en el mercado.
Cuando se avecina la temporada de las precipitaciones, vale la pena salir y echar una mirada a los escaparates. No todo es igual que antes. Por ejemplo, la moda también innova en las suelas. Incluso hay botas de goma con plataforma o con tacón chino. Más tacón no se recomienda para no perder estabilidad en suelos húmedos.
Quienes se vean más expuestos al agua, siempre pueden recurrir a los pantalones impermeables. En este sector resulta algo más difícil encontrar modelos originales, porque por el momento no existen buenas alternativas a las prendas que se colocan por encima de la ropa normal de calle.
Distinto es el panorama en lo que hace a las chaquetas y abrigos. Allí hay muchos modelos que fueron concebidos en un primer momento como prendas de trabajo y que ahora se lucen en las calles sin más. Son impermeables, permiten que la piel respire y resultan muy resistentes a todo tipo de actividad.
Además, suelen tener un forro que mantiene el calor, algo muy útil en los días de otoño. Un buen ejemplo son además las chaquetas diseñadas para trabajadores portuarios. Hoy esos modelos de «raincoat» amarillos pueden verse en las calles de cualquier ciudad.
Pero más allá de todos estos modelos, los impermeables de gabardina larga son los más utilizados. Son característicos por su corte entallado y grandes botones. Como alternativa están las capas, que permiten proteger el bolso de las inclemencias del viento y del agua. Y todos estos modelos se presentan en los más variados colores y estampados.
Otra tendencia para los días de lluvia, son nada menos que los impermeables transparentes, fabricados en base a ploricloruro de vinilo. Protegen de la lluvia y dejan ver qué es lo que se lleva puesto debajo.
Sin embargo, estos modelos tienen una clara desventaja: hacen transpirar, porque el material no permite regular la temperatura del cuerpo, explica la diseñadora Gabriele Jost, especialista en telas de alta tecnología.
Otra desventaja es que las prendas para los días lluviosos, suelen ser incómodas. Ahora también existen faldas que van hasta la rodilla y son de vinilo impermeable, pero no sirven demasiado a la hora de trabajar, no sólo por su superficie brillante, sino también porque resultan poco cómodas cuando alguien se quiere sentar.
En el futuro, el vestuario de lluvia tendrá más para ofrecer y no sólo garantizará llegar seco a destino, asegura Jost. «Uno de los grandes temas son las prendas que reflejan o producen luminosidad. También se están desarrollando materiales impermeables que se asemejan a la tela dejean«, adelanta.
Pero para eso habrá que esperar un poco más.
Dpa/Mujer21
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